El espejo sonriente,
de las noches soñadoras,
cancela el reloj doliente,
del transcurrir de las horas.
Es una fuente que adoro
con sus reflejos de plata,
y surca mi frente de oro,
de azul, rosa y escarlata.
Nebulosas poesías,
van adquiriendo sus formas,
silenciosas como espumas
que salen de negras sombras.
Muchas que de amores son,
del mundo de desvarió,
son pura figuración,
que en la mente del poeta
es como agua en el rió.
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