Entre niebla luminosa,
va el agua en el riachuelo.
Un tenue eco entre el suelo,
deja el agua caprichosa.
Va cuesta abajo amorosa,
con su frescura y consuelo,
cada gota es el anhelo,
que va a la pradera hermosa.
Exuberante tesoro,
de los cántaros amados,
manantial de las estrellas.
Como láminas de oro,
llegas hasta los sembrados
vistiéndolas de hojas bellas.
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