Estoy junto al margen del camino;
me he sentado a esperar, por si venias,
y mirando con fe pasar los días,
se extingue la vereda del destino.
Aquí queda mi espíritu escondido.
Anida en las estrellas y en las flores,
y viendo la pureza en su colores
se duerme la ambición de mi sentido.
Con mi palabra queda, - susurrante-,
te mando entre mis versos un ! Te quiero!
un !Te quiero! de amor y no he dejado jamás
de amarte.
Que sintiendo este amor puro y sincero,
donde nada hay más dulce y deleitante,
que esperarte feliz sin desespero.
En las venas del sentimiento
-
La inquebrantable lealtad
Al beso que un día nos dimos
Fue un equilibrio
Entre la verdad y la mentira
Voraz palabra de amor
Que se selló co...
Hace 10 horas
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