Dios nos ofrece, toda la ribera,
bellos paisajes y un ambiente de tomillo,
perfumado el ambiente que nos espera.
El sol saliente brilla en la pradera
cuando el pájaro canta su estribillo,
y un latido profundo toma brillo,
en alas de la bruma mañanera.
Campos de Dios , hermosos y triunfales,
con los ojos que afrontan los confines,
a la espera de abrazos fraternales.
Aquí está la verdad con sus clarines
y los profundos surcos inmortales,
del paso que transpone a sus jardines.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario