Viniste en la noche
sin que yo te llamara,
encontré que existías
y que yo te esperaba.
Abriéndote la puerta
te dejé que entrases....
Un perfume y un sueño,
dejaste en mi estancia.
Yo quise retenerte,
extendiéndote mis brazos,
pero ya estaban llenos,
de racimos sagrados.
Sigilosamente,
te fuiste alejando
dejando atrás la vida,
con silencioso paso.
Yo vi la tierra oscura,
la primera helada,
como flor entreabierta,
creciendo solitaria.
Pero tu sombra urgida,
de vestidura blanca,
se alejó de mi vida,
besándonos el alma.
En las venas del sentimiento
-
La inquebrantable lealtad
Al beso que un día nos dimos
Fue un equilibrio
Entre la verdad y la mentira
Voraz palabra de amor
Que se selló co...
Hace 10 horas
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