Tus manos amorosas me brindaron
una flor, que yo en mi corazón guardé,
pero igual que la rosa, tu querer,
perdió su lozanía y se marchitaron.
Las promesas de amor son como el viento
que arrasa lo que hay por donde va,
y un cariño que puede perdurar,
sus promesas olvida en poco tiempo.
Y así, como la flor de primavera,
tu amor ya solo existe en mi recuerdo;
mas no podré olvidar la flor primera.
Ni tu cariño, que quedó en un sueño,
y es que un amor de juventud se pierde
como estrella fugaz, nunca es eterno.
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